Querido profesor:
Los preparativos de un viaje como el que nos ocupa son complejos y sinuosos y estamos trabajando todo lo que podemos para poder partir en la fecha prevista dejando atados todos los cabos sueltos que nos dejó. Aún resta algo más de un mes para embarcar rumbo a América y sin embargo todavía estamos en negociaciones para contratar el medio de transporte. El otro día contactamos con una empresa que nos ofrecía realizar el vuelo de ida directo a un precio razonable. Quiero aclarar que razonable quiere decir poco caro, que no barato. Lo de la ida directa está muy bien el problema es que el viaje de vuelta, programado para el inicio del otoño, se dilata mucho en el tiempo y sólo hemos encontrado a un comerciante que nos traería de vuelta a casa tras una especie de ruta por Centroamérica, pasando al menos por Panamá y República Dominicana. Pablo es más partidario de buscar otro contrato que nos devuelva a España directos desde San José. Hemos escuchado rumores de que podría hacerse, pero también se rumorea que el precio de los pasajes subiría bastante. Yo no soy tan optimista respecto del dinero, sólo tengo lo poco que me dejó mi familia, y con ello he de subsistir hasta que volvamos de la selva. Sea como sea, pronto le informaremos de nuestra decisión final.
Profesor, los últimos días han sido agotadores. Le recuerdo, que aunque usted no haya estado aquí para verlo, hace una semana que somos oficialmente graduados en Ciencias Biológicas y Naturalística. Es increíble cómo cuando te colocas al mismo nivel que tus profesores, al menos sobre el papel, éstos comienzan a respetarte como a cualquier otro compañero, no ya como a un alumno. Las celebraciones se prolongaron durante días y sinceramente creo que he ganado algo de peso casi sin darme cuenta. Me temo que todos bebimos demasiado estos días, incluso tengo lagunas de memoria. Ya le contaré personalmente.
Ayer me visitó el médico. Debió haberse enterado del viaje por medio de la prensa. El caso es que resulta que las enfermedades tropicales de la zona podrían afectarnos en mayor medida al ser foráneos allí. Se ha comprometido a buscarnos las vacunas necesarias para cosas tan extrañas como la fiebre tifoidea o el dengue. Jamás escuché hablar de ellas en mis años de facultad. Pese a todo pienso tomar las precauciones necesarias para no contraer ninguna enfermedad, le tengo más miedo a eso que a cualquier carnívoro de las profundidades de la selva, por muy grandes que tenga los colmillos. A propósito, Pablo ha contraído una extraña aunque leve enfermedad. El médico dice que sólo se cura con descanso pero usted conoce a Pablo tan bien como yo. Esta semana no ha dejado de acudir a clase pese a que se pasa el día con una cara de espanto y una fiebre latente. Dios quiera que las vacunas nos sean efectivas, no quiero verme en medio de la selva y aquejado de dolores y fiebres desconocidos.
Pero, profesor, no quería despedirme sin ponerle unas líneas sobre el trabajo que nos queda aquí. Aún no hemos terminado de perfilar la investigación sobre los carnívoros que le prometimos. Es apurado, somos conscientes, pero debemos esperar a tener todos los resultados para poder darles algún sentido. No se preocupe, terminaremos a tiempo para dejarlo presentado ante la Royal Society. Si pronto recibe noticias al respecto será buena señal, no se apure los resultados preliminares son esperanzadores. Sobre los otros asuntos… Algunos alumnos hemos decidido colaborar con el Profesor Aguado para darle un poco de luz a la teoría de Mr. Darwin, sus colegas del departamento no están muy convencidos de que las teorías sobre la transformación de las especies de éste último tengan algún sentido y quiere documentarse para defenderlo. No se, pero tengo al impresión de que bajo esta aparente loca teoría podría subyacer en verdad el origen de las especies. Pablo está de acuerdo, en el fondo, pero a él le gusta creer que no. Es tema de constante discusión entre nosotros… De momento preparamos nuestros informes.
Ya sin más que desearle una buena estancia, me despido. Aún queda mucho por hacer antes de la partida, y aunque nuestro tiempo es limitado, cuente con alguna noticia más por nuestra parte.
Reciba un afectuoso saludo.
Los preparativos de un viaje como el que nos ocupa son complejos y sinuosos y estamos trabajando todo lo que podemos para poder partir en la fecha prevista dejando atados todos los cabos sueltos que nos dejó. Aún resta algo más de un mes para embarcar rumbo a América y sin embargo todavía estamos en negociaciones para contratar el medio de transporte. El otro día contactamos con una empresa que nos ofrecía realizar el vuelo de ida directo a un precio razonable. Quiero aclarar que razonable quiere decir poco caro, que no barato. Lo de la ida directa está muy bien el problema es que el viaje de vuelta, programado para el inicio del otoño, se dilata mucho en el tiempo y sólo hemos encontrado a un comerciante que nos traería de vuelta a casa tras una especie de ruta por Centroamérica, pasando al menos por Panamá y República Dominicana. Pablo es más partidario de buscar otro contrato que nos devuelva a España directos desde San José. Hemos escuchado rumores de que podría hacerse, pero también se rumorea que el precio de los pasajes subiría bastante. Yo no soy tan optimista respecto del dinero, sólo tengo lo poco que me dejó mi familia, y con ello he de subsistir hasta que volvamos de la selva. Sea como sea, pronto le informaremos de nuestra decisión final.
Profesor, los últimos días han sido agotadores. Le recuerdo, que aunque usted no haya estado aquí para verlo, hace una semana que somos oficialmente graduados en Ciencias Biológicas y Naturalística. Es increíble cómo cuando te colocas al mismo nivel que tus profesores, al menos sobre el papel, éstos comienzan a respetarte como a cualquier otro compañero, no ya como a un alumno. Las celebraciones se prolongaron durante días y sinceramente creo que he ganado algo de peso casi sin darme cuenta. Me temo que todos bebimos demasiado estos días, incluso tengo lagunas de memoria. Ya le contaré personalmente.
Ayer me visitó el médico. Debió haberse enterado del viaje por medio de la prensa. El caso es que resulta que las enfermedades tropicales de la zona podrían afectarnos en mayor medida al ser foráneos allí. Se ha comprometido a buscarnos las vacunas necesarias para cosas tan extrañas como la fiebre tifoidea o el dengue. Jamás escuché hablar de ellas en mis años de facultad. Pese a todo pienso tomar las precauciones necesarias para no contraer ninguna enfermedad, le tengo más miedo a eso que a cualquier carnívoro de las profundidades de la selva, por muy grandes que tenga los colmillos. A propósito, Pablo ha contraído una extraña aunque leve enfermedad. El médico dice que sólo se cura con descanso pero usted conoce a Pablo tan bien como yo. Esta semana no ha dejado de acudir a clase pese a que se pasa el día con una cara de espanto y una fiebre latente. Dios quiera que las vacunas nos sean efectivas, no quiero verme en medio de la selva y aquejado de dolores y fiebres desconocidos.
Pero, profesor, no quería despedirme sin ponerle unas líneas sobre el trabajo que nos queda aquí. Aún no hemos terminado de perfilar la investigación sobre los carnívoros que le prometimos. Es apurado, somos conscientes, pero debemos esperar a tener todos los resultados para poder darles algún sentido. No se preocupe, terminaremos a tiempo para dejarlo presentado ante la Royal Society. Si pronto recibe noticias al respecto será buena señal, no se apure los resultados preliminares son esperanzadores. Sobre los otros asuntos… Algunos alumnos hemos decidido colaborar con el Profesor Aguado para darle un poco de luz a la teoría de Mr. Darwin, sus colegas del departamento no están muy convencidos de que las teorías sobre la transformación de las especies de éste último tengan algún sentido y quiere documentarse para defenderlo. No se, pero tengo al impresión de que bajo esta aparente loca teoría podría subyacer en verdad el origen de las especies. Pablo está de acuerdo, en el fondo, pero a él le gusta creer que no. Es tema de constante discusión entre nosotros… De momento preparamos nuestros informes.
Ya sin más que desearle una buena estancia, me despido. Aún queda mucho por hacer antes de la partida, y aunque nuestro tiempo es limitado, cuente con alguna noticia más por nuestra parte.
Reciba un afectuoso saludo.
David.
3 comentarios:
¬¬
pedante.
Envidiosa.
Bienvenidos a las aventuras del joven profesor Nucelois!!
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